Reseña: "Despertar", representada por Comedia Musical Creamos

¡Hola, Eternos Lectores! ¿Cómo están? El sábado pasado tuve la dicha de que me regalaran entradas para ver en el teatro Doña Rosa de Quilmes la obra Despertar representada por el grupo Comedia Musical Creamos. Es por eso que hoy les traigo la reseña de esta maravillosa obra.

Despertar de Primavera de Frank Wedekind representada por Comedia Musical Creamos

Despertar de primavera fue escrita en 1891 por Frank Wedekind (dramaturgo alemán que nació en 1864 y murió en 1918). Aborda tantas problemáticas que, si bien hoy es ampliamente aclamada, no gozó de ese reconocimiento y fue criticada con dureza en su época. De hecho, el dramaturgo tuvo que editarla con sus propios recursos porque ningún editor se animaba a publicarla a causa de su contenido transgresor.

En líneas generales, eso se debe a que puso sobre el tapete temas como: el deseo sexual juvenil (mal visto, sancionado); el suicidio (grave pecado desde la perspectiva de la Iglesia), la represión que los adultos y las normas sociales ejercen sobre los jóvenes (ya sea en lo que respecta a educación, disciplina o moral), la falta de diálogo e información con respecto a temas tabú de los que terminan siendo víctimas los adolescentes. Es una obra trágica. Pero por suerte cuenta con algunos tintes cómicos que le permiten al espectador descomprimir las emociones frente a tanta tensión.

La historia transcurre en la Alemania de fines del siglo XIX, en una sociedad donde los adultos tienen el control sobre todos los aspectos de la vida de los jóvenes: cómo deben vestirse o estudiar, qué deben hacer, qué tienen permitido pensar o preguntar. En ese contexto, un grupo de jóvenes se siente sometido. Algunos desean hacer algo al respecto, mientras otros terminan siendo víctimas de ese sistema. No es el mejor escenario para una historia de amor… Sin embargo, Wendla y Melchior no podrán evitar enamorarse el uno del otro.

Comedia Musical Creamos hace una bellísima puesta en escena. Las actuaciones son excelentes; las canciones y el canto en vivo, también; el vestuario, impecable y acorde a la época; las coreografías y bailes, sumamente calculados y coordinados, se nota que nada fue librado al azar en sus movimientos y aun así lo hacen notar como espontáneo y fluido… ¡es impresionante!

Quiero destacar especialmente dos aspectos dentro de la puesta en escena y representación. Por un lado, cómo volvieron funcionales los elementos de la escenografía y el vestuario para representar una totalidad mayor. Permítanme explicarlo… Esta obra transcurre en innumerables espacios: la casa de los jóvenes, la escuela, al aire libre, el cementerio, el baño, etc. Como sería demasiado complejo el cambio constante de cuadros si la escenografía fuese abundante, la elección atinada de elementos escenográficos y vestimenta hace que el espectador (aunque solo ve sobre el escenario un fragmento de ese sitio) pueda imaginarse sin ningún problema la totalidad del espacio en el que están los personajes.

Por otro lado, quisiera mencionar la representación simultánea sobre el escenario de secuencias que en realidad transcurren en espacios o tiempos distintos, o revelan los pensamientos de los personajes. La verdad es que no recuerdo haber visto nunca antes esto y me pareció fantástico el efecto que genera en el espectador. De esta forma, por ejemplo, podrán ver en simultáneo sobre el escenario cómo en la iglesia se aborda la importancia de la buena conducta y moral, mientras los personajes principales se encuentran besándose y manteniendo relaciones sexuales; o conocer los pensamientos de los personajes que acaban de ser regañados por el profesor mientras este se impone ante ellos.

¡No se pierdan esta increíble obra! Tanto jóvenes como adultos deberían asistir a las próximas funciones.

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